….así fue como Raquel trató de apresurar su madurez. Antes de la luna nueva preparó pasteles para ofrecerlos a la Reina del Cielo, algo que jamás había hecho, y durmió toda una noche con el vientre pegado a la base del pilar. Pero la luna cambió y volvió a ponerse redonda otra vez, mientras que los muslos de Raquel seguían secos. Se fue caminando hasta el pueblo sola para pedirle ayuda a Inna, la partera más sabia, y ella le dio una infusión de horribles hierbas que crecían en una vaguada cercana. Pero nuevamente volvió la luna nueva y Raquel seguía siendo una niña.
Cuando cambió la luna siguiente, Raquel aplastó moras agrias y llamó a sus hermanas mayores para que vieran la mancha en su manta. Pero el zumo era púrpura, y Lía y Zilpá se rieron al ver las semillas en sus muslos.
Al mes siguiente, Raquel se escondió en su tienda y no salió ni una vez para encontrar a Jacob.
Finalmente, en el noveno mes después de la llegada de Jacob, Raquel tuvo su primera sangre y gritó con alivio. Adá, Lía y Zilpá cantaron una canción excitante, poderosa, que anuncia los nacimientos, las muertes y la maduración de las mujeres. Cuando el sol se ponía sobre el nuevo mes en que todas las mujeres comienzan a sangrar, frotaron henna en las uñas de los dedos de Raquel y en las plantas de sus pies. Le pintaron los párpados de amarillo, y le pusieron todas las pulseras, gemas y joyas que pudieron encontrar, en los dedos de las manos y los pies, en los tobillos y en las muñecas. Le cubrieron la cabeza con el mejor pañuelo bordado y la condujeron a la tienda roja. Cantaron canciones para las diosas, para Innana y Aserá Señora del Mar. Mencionaron a Elath, la madre de setenta dioses, incluyendo a Anath en ese número. Anath defensora de las madres. Cantaron:
¿Qué hermosura iguala la de Anath?
¿Qué belleza iguala la de Astarté?
Astarté está en tu vientre ahora,
tienes el poder de Elath.
Las mujeres cantaron todas las canciones de bienvenida mientras Raquel comía miel de dátiles y pastel de trigo hecho en forma triangular representando la vulva. Bebió todo el vino dulce que pudo. Adá le frotó los brazos, las piernas, la espalda y el vientre con aceites aromáticos, hasta que Raquel se quedó casi dormida. Entonces la sacaron al campo, donde se unió a la tierra. Raquel estaba aturdida por los placeres y el vino. No recordaba cómo sus piernas quedaron cubiertas con tierra y pegotes de sangre, y sonreía mientras dormía.
Estaba llena de alegría y expectación, y permaneció en la tienda durante tres días, guardando el precioso fluido en un recipiente de bronce, porque la sangre de la primera luna de una virgen era una poderosa libación para el campo. Durante aquellas horas estuvo más relajada y generosa de lo que nadie recordaba. Tan pronto como las mujeres se levantaron para abandonar sus ritos mensuales, Raquel pidió que se fijara la fecha de la boda. Ninguno de sus pataleos convenció a Adá de que cambiara la costumbre de esperar siete meses después de la primera sangre. Así se arregló y aunque Jacob ya casi había trabajado un año para Labán, el trato se cerró y los siete meses siguientes fueron también para Labán.
Extracto del libro La carpa Roja de Anita Diamant
Fotografía de la película The Red Tent Movie
En la historia de los pueblos nativos americanos también hay testimonios de los hospedajes lunares, también llamados hospedajes para sangrar o carpas rojas (red tents). Estos espacios se situaban en las orillas de la comunidad y ahí acudían las mujeres cuando estaban menstruando. En las carpas rojas, las mujeres se conectaban con su cuerpo y con sus ancestras durante este período, las mujeres se dedicaban a conectarse con sus ciclos y a entender la relación de su cuerpo con los ciclos universales y no tenían ninguna obligación familiar ni comunitaria. En las carpas, debido a la interconexión entre las mujeres, todas ovulaban en la luna llena y sangraban en la luna nueva.
ResponderBorrarEn las carpas las mujeres aprendían los secretos sobre el poder femenino, además las mayores enseñaban a las más jóvenes a honrar la sabiduría y la potencia creadora que emana del útero.
Estas carpas desaparecieron y por ello las mujeres nos hemos olvidado de hablar de estos temas desde su dimensión positiva, ahora creemos que menstruar es algo vergonzoso y poco placentero. Así, que en lugar de transmitir nuestra sabiduría femenina, transmitimos de generación en generación nuestra vergüenza e incomodidad.
Hoy en día hay un esfuerzo por recuperar los hospedajes lunares, ya no como un lugar físico, sino como una actitud que ocurre cuando las mujeres nos encontramos para honrar y celebrar nuestros cíclos y nuestra sangre :)
Muchas gracias por tan linda y detalla explicación Morgana! claro que sí!! hay que recuperar estos espacios de sabiduría y poder. Un abrazo muy fuerte y gracias por compartir. Belinda :)
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